El Mercado Único y la libre circulación de mercancías, servicios y personas, es uno de los principales catalizadores del crecimiento económico y social de la Unión Europea (UE) y sus Estados Miembros. En los próximos años es necesario reforzar este marco evitando incorporar obstáculos innecesarios en su funcionamiento y en este empeño la normalización tiene mucho que aportar.
En su documento, Prosperidad, Planeta y personas: Los tres pilares para la Agenda de la Unión Europea 2019-2024, Business Europe, la patronal europea que agrupa a las organizaciones empresariales nacionales, establece diferentes recomendaciones a las futuras decisiones políticas en el ámbito europeo, haciendo mención directa a las normas técnicas en varias de ellas.
En relación al Mercado Único, solicita que se recupere el rol de la industria en la normalización, así como el principio de presunción de conformidad en la aplicación de normas armonizadas: "la normalización es un proceso marcado por la industria y su éxito reside en la relevancia de las normas desarrolladas para los mercados. Si la industria quiere seguir siendo competitiva y mantener su rol en la generación de normas de uso global, debe asegurar que la normalización europea prospere".
Además, identifica la economía circular como otro ámbito en el que los estándares pueden tener un papel impulsor, favoreciendo las exportaciones de productos de las empresas europeas. Este nuevo modelo de crecimiento económico consiste en maximizar el valor de las materias primas a través de medidas como la prevención, reutilización o reciclaje de residuos. Muchas compañías muestran una gran disposición a avanzar, pero encuentran barreras.
Pero no solo el entorno industrial reconoce y empodera la actividad de normalización. La Comisión Europea, en su documento Single Market Performance Report 2019, considera que "asegurar normas de alta calidad para la protección del medioambiente y la seguridad de los productos es un factor importante para el funcionamiento eficaz del Mercado Único, cubriendo un amplio rango de actividades económicas".
Asimismo, subraya "el papel clave de la normalización" para fomentar la Agenda de Desarrollo Sostenible de la Unión Europea.
También establece que la normalización es un habilitador crucial en la integridad del Mercado Único. A su vez, recuerda que se ha desarrollado una política holística en apoyo a la innovación y normalización, a la vez que el acceso a las tecnologías estandarizadas.
Este documento también destaca el rol de las normas en la economía circular y etiquetado energético. Así, indica que "la normalización puede ayudar al desarrollo de productos innovadores y a los procesos de producción que se basan en el progreso tecnológico y contribuye a la eficiencia energética, mejora el reciclaje y la producción sostenible".
En particular, resalta que "asegurar una buena energía y el rendimiento ambiental de los productos y procesos ya es posible gracias al Mercado Único, incluyendo las normas armonizadas". De hecho, existen numerosas normas que dan soporte a las legislaciones de Ecodiseño y etiquetado energético, la mayor parte de ellas armonizadas. Lo mismo aplica a la legislación química, que ha sido un instrumental para asegurar la libre circulación de sustancias, mezclas y artículos a través de la armonización de normas y requisitos.
Las normas también impulsarán la revolución digital europea. Los nuevos campos tecnológicos como la Inteligencia Artificial (IA) necesitarán modelos de datos normalizados, en particular en el campo sanitario.
En conclusión, las posiciones alineadas de la industria y la Unión Europea refuerzan el papel estratégico de la normalización como apoyo de los pilares del buen funcionamiento del Mercado Único europeo, consensuando las necesidades de los mercados y de los reguladores, buscando siempre la mayor protección de los ciudadanos y del medioambiente.
La Asociación Española de Normalización, UNE, como parte de este entramado apuesta por contribuir al sostenimiento de esta actividad, trabajando en Europa y en el campo internacional. UNE defiende los intereses de la industria española en los foros europeos y mundiales en los que se elaboran normas clave para su competitividad, trasladando sus posiciones y buscando la excelencia en los procesos, nuevos productos digitales y soluciones a las necesidades de los mercados.